El tarot de Mantegna data aproximadamente del siglo XIV y su origen se da en Ferrara (Italia). Esta baraja proviene de las “Carticellas”, unas cartas medievales similares a los cromos actuales que se utilizaban a modo pedagógico en niños de clase alta.
La baraja está compuesta por cinco palos con 10 cartas cada uno que representan: las clases sociales, las musas, las artes y las ciencias, las virtudes y los cuerpos celestes conocidos en la época. Reflejan así el microcosmos existente en la sociedad de la baja edad media: su moral, su escala de valores, su intelectualidad, su espiritualidad, etc.
El mísero, la nobleza o el Papa, son algunos miembros de la burguesía que se ven reflejados en ella.